El Teatro Real: Ejemplo de fomento de la ópera a través de la comunicación

Con todo el tema de los avances tecnológicos, las redes sociales y la inmediatez que nos da Internet, se están perdiendo viejas costumbres que para nada están reñidas con hacer uso de los avances que la tecnología nos ofrece.

Casos de este tipo son el ir al cine o ver una buena obra de teatro y es en este punto donde el Teatro Real ha puesto todos sus esfuerzos en comunicación para despertar de nuevo el interés de la ciudadanía por el teatro y, más concretamente, por la ópera.

Además, el Teatro Real ha tenido siempre muy presente esa nueva tecnología de la que hablo utilizándola como herramienta infalible para llegar, por ejemplo, a un público mucho más joven del que se suele dejar ver en un acto como puede ser la ópera.

De esta forma y a través de una fuerte campaña destinada a redes sociales que inició en 2011, el Teatro Real está presente en Facebook y Twitter, medios con los que nutre de información acerca de sus actividades, eventos y programas a un público con una media de edad muy joven.

Para muestra un botón

Como digo, en pos de fomentar un género y un arte tan ancestral como es la ópera, el Teatro Real ha hecho campañas tan originales como, por ejemplo, “No te quedes sin tu butaca: Abónate a la Ópera” desarrollada en la temporada 2013-2014.

Esta campaña que se llevó a cabo en redes sociales, anuncios publicitarios de televisión, prensa, revistas, radio y cartelería ponía de manifiesto que desde una butaca del Teatro Real se pueden vivir experiencias únicas y que lo único que se necesita para ello es no quedarte sin tu butaca.

El despliegue para ello fue tan espectacular como el programa cultural que oferta el Teatro Real y la respuesta, por supuesto, no se hizo esperar, aumentando considerablemente la audiencia del Teatro Real y, como no podía ser de otra forma frente a sus objetivos, los abonos a la ópera.

Lourdes Sánchez-Ocaña, la creatividad detrás del telón

Como es lógico, la comunicación del Teatro Real no se maneja sola y, en este caso, la culpable tiene nombre y apellidos, Lourdes Sánchez-Ocaña, directora de comunicación y marketing del Teatro Real.

Comenzó su elogiable labor en el Teatro Real en octubre de 2012 tras haber estado trabajando como jefa de prensa de la Agencia Española de Protección de Datos.

Imagen principal extraída de la web de Teatro Real.

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